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miércoles, 13 de febrero de 2013

Consciente soy de tus mentiras,
de tus engaños, de tus desprecios.
Pero no tengo conciencia de mi mismo.

Mi corazón piensa distinto.
Te sigue amando, sigue esperando,
sigue confiando, sigue soñando...

A que tú por él sientas lo mismo,
que lo libres de este cuerpo encadenado,
y lo dejes más que nunca enamorado.

Llora y grita ilusionado,
porque sólo quiere estar contigo,
porque quiere ser correspondido.

Sigue esperando,
sigue confiando,
sigue soñando.

Te sigue amando.

Dime tú lo que se siente,
el sentirse tan amada,
el sentirse tan deseada.

Dime tú lo que se siente.

¿Qué se diente que te escriban?

Que con versos yo te diga,
lo que siente mi alma herida...
Tú,
que transformas en poemas,
las sonrisas que en tu rostro se dibujan.

Tú,
que en mis manos vas plasmando pensamientos,
expresando sentimientos.

Reflejando lo que siento.

Lo que nace desde adentro...
Una caricia, 
una mirada,
una sonrisa...

Que sea tuya,
que sea mía...
Sentarme a tu lado,
poder abrazarte...

Es lo que quiero,
pero no puedo.

Pues no me atrevo...

martes, 5 de febrero de 2013

Te leo...

Te leo...

Porque estás en cada uno de mis textos,
porque estás en cada uno de mis versos...

Porque hasta en sueños te escribo,
porque hasta en sueños te miro,
porque todas las noches deliro,
sintiendo que estoy contigo,
creyendo que estás conmigo...

Te leo

El mejor poema...

Apenas perceptible, era tan solo un leve murmullo el que provenía de mi cuarto.
Recuerdo haber entrado sigiloso tratando de averiguar de donde procedía la enfrascada discusión que parecía estarse llevando a cabo.

Al entrar, presté atención a todos lados, queriendo localizar la fuente de aquel singular ruido.

Acercándome, me di cuenta que provenía de un cuaderno...
Me hubiera sorprendido de haber sido otro cuaderno cualquiera, pero procedía de mi cuaderno de poesía.

Me quedé lo suficientemente cerca como para escuchar lo que parecían estar discutiendo los poemas.

Estaban tan enfrascados en la conversación que ni siquiera se percataron de mi presencia.

Aquella discusión giraba en torno a cual de ellos era el mejor poema.

Todos los poemas se debatían diciendo a los otros las cualidades que poseían.

Todos hablaban a la vez, era un barullo ensordecedor.

Un poema pequeñito pareció darse cuenta de que estaban siendo observados.

Con una voz muy delgada, les dijo a los otros que yo los estaba escuchando.
En ese momento, todos se quedaron calladitos. Uno de ellos tomó la palabra y se dirigió hacia mi diciendo: -Queremos que tú nos digas cual de nosotros es el mejor poema.-

Tras meditarlo durante unos segundos, les contesté: 

-CADA UNO DE USTEDES ES MI MEJOR POEMA, PORQUE FUERON INSPIRADOS POR LA MISMA PERSONA.-