Te recuerdo claramente cada día,

porque estás en cada instante de mi vida.

Has curado plenamente toda herida,

que corroía a esta alma ya sin vida.

Hoy sin ti regreso a aquella vida,

sumergido en una eterna fantasía.

Volver a verte un día quería,

pero es muy tarde,

ya me he ido

de esta vida...

Olvidé cuantas veces lo besé,

olvidé cuantas veces lo admiré...

Olvidé cuantas veces, extasiado,

acariciaba aquel tatuaje ubicado,

en la parte baja de tu espalda...

Solo hasta entonces, me di cuenta lo que era.

Un camaleón.

Incapaz de sentir, incapaz de mentir;

pero sabía fingir...

Fue en ese momento cuando supe lo que era.

Ya no era nada.

Lo había perdido todo...