Apenas perceptible, era tan solo un leve murmullo el que provenía de mi cuarto.
Recuerdo haber entrado sigiloso tratando de averiguar de donde procedía la enfrascada discusión que parecía estarse llevando a cabo.
Al entrar, presté atención a todos lados, queriendo localizar la fuente de aquel singular ruido.
Acercándome, me di cuenta que provenía de un cuaderno...
Me hubiera sorprendido de haber sido otro cuaderno cualquiera, pero procedía de mi cuaderno de poesía.
Me quedé lo suficientemente cerca como para escuchar lo que parecían estar discutiendo los poemas.
Estaban tan enfrascados en la conversación que ni siquiera se percataron de mi presencia.
Aquella discusión giraba en torno a cual de ellos era el mejor poema.
Todos los poemas se debatían diciendo a los otros las cualidades que poseían.
Todos hablaban a la vez, era un barullo ensordecedor.
Un poema pequeñito pareció darse cuenta de que estaban siendo observados.
Con una voz muy delgada, les dijo a los otros que yo los estaba escuchando.
En ese momento, todos se quedaron calladitos. Uno de ellos tomó la palabra y se dirigió hacia mi diciendo: -Queremos que tú nos digas cual de nosotros es el mejor poema.-
Tras meditarlo durante unos segundos, les contesté:
-CADA UNO DE USTEDES ES MI MEJOR POEMA, PORQUE FUERON INSPIRADOS POR LA MISMA PERSONA.-
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