Lentamente transcurrían los segundos,
y cada uno de ellos, me alejaba más de ti.
Me alejaban de tu risa, de tu boca,
de tu rostro, me alejaban de tu ser.
Y aunque quizás,
en el fondo me alegraba.
A mi alma no agradaba,
a mis ansias lastimaba
y a mi orgullo destrozaba.
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