Pasó raudo el tiempo,

la distancia se hizo más.

Se separó nuestro camino,

conocimos el destino.

Tu presencia se alejaba,

mi impaciencia acrecentaba,

desde lejos te miraba

y sólo me preguntaba:

¿Qué hago aquí?

Dejamos de esperarnos,

dejamos de extrañarnos,

dejamos de pensarnos.

Dejamos de amarnos,

dejamos de querernos,

dejamos de besarnos.

Sólo dejamos de vernos...

Pretender

No fue más que una mentira,

no fue más que soledad.

No fue más que cobardía,

una triste despedida.

Fueron vanas ilusiones,

nada más que pretensiones.

Pretendiste pretenderme,

pretendiste conocerme.

Pretendiste vida mía,

pretendí que te creía.

Me prometí no decir nada.

Hacer de este cuerpo morada,

de palabras de amor desesperadas.

Quiero decirte mil cosas,

quiero besarte otras mil.

Quiero decirte en secreto,

que ya no cabe en mi pecho,

todo el amor que por ti,

siento muy dentro de mi.

"Ceniciento"

Llegó la media noche,

el cuento de hadas acabó.

No vuelvo a ser más,

que aquello que siempre fui.

Más tú, princesa ígnea,

te haces de pronto

inalcanzable.

Roto el hechizo,

roto el encanto,

roto el silencio.

Roto el corazón.

Prefiero tu recuerdo...

Desgarro la neblina

buscando desesperado

hallar un leve rastro de tu recuerdo.

Quiero quitar la venda que cubre mis ojos,

para poder vislumbrar la realidad.

Pero prefiero seguir viviendo en el engaño,

prefiero seguir viviendo de recuerdos.

Antes que desencantarme

(no quiero desilusionarme),

prefiero enamorarme.

Aunque quizás no sea de ti...

Sino de tu recuerdo.

Corazón de poeta

Ese corazón que tienes,

ese que late con fuerza,

ese que yace en tu pecho.

Es un corazón de poeta.

Más no porque escribas poesía.

No porque verses o escribas

frases que nunca dirás.

Ese corazón que tienes,

ese corazón que anida

en tu pecho de hielo puro,

ese corazón es mío...

Ese corazón fue mío.

Es mi corazón entregado,

en cada frase, verso y suspiro,

a quien nunca quiso nada mío.