Llegó la media noche,
el cuento de hadas acabó.
No vuelvo a ser más,
que aquello que siempre fui.
Más tú, princesa ígnea,
te haces de pronto
inalcanzable.
Roto el hechizo,
roto el encanto,
roto el silencio.
Roto el corazón.
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