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martes, 12 de marzo de 2013

Olvido

A veces olvido
la brisa del viento,
el paso del tiempo.

A veces olvido,
los largos silencios,
hasta los desprecios.

A veces olvido
las tardes lluviosas,
las gotas hermosas.

A veces me olvido,
me quedo vacío,
helado y sombrío.

A veces me olvido,
me olvido de mí.

Pero nunca olvido
que vivo por ti.

Mi mundo no gira 
si en el no estás tú. 



jueves, 7 de marzo de 2013

Primeros escritos XII


Dime como alcanzar tus labios rojos.
Dime como llegarte al corazón.
Indícame la forma, ¡Te lo ruego!
De conseguir, un poco de tu amor.

Si con poesía, no consigo yo que entiendas,
que por ti, vivo, me encuentro el día de hoy.
Y que no encuentro la forma de decirte,
que loco por ti, está mi corazón.

Pudiera ser, que no entendieras mis poemas
porque en ellos, oculté todas mis penas.
Déjame entrar en tu vida, ¡Te lo ruego!
Déjame amarte, y entregarte el corazón.

Primeros escritos XI


No mates más, mis vagas ilusiones,
porque solo de ellas me alimento.
Y el no tenerte me causa sufrimiento,
pero prefiero, que lo que por ti siento,
se vaya a la tumba conmigo, y tu recuerdo.

Con mi recuerdo, haz tu lo que desees,
que yo te tendré siempre en presente.
Quisiera yo que esto no quedara en el intento,
pero prefiero que se lo lleve el viento.

Si ya sabes lo que siento, tenlo en silencio.
En  el anonimato quedará guardado mi deseo,
el de tenerte a mi lado para siempre.

No lo divulgues, guárdalo en silencio,
que yo lo escribiré en mi sepultura,
para que todo el mundo sepa que poemas
me inspiraba tu presencia y que con solo una
de tus profundas miradas, eras capaz,
de descubrir mis sentimientos.

Guárdalo tan solo para ti,
que nadie sospeche que te quiero;
y también debes tener siempre presente,
que yo, sin ti,
de amor y soledad me muero.

Primeros escritos X


He anhelado este momento,
desde el día en que te vi.
Hoy ha llegado la hora
en que debo confesarte:
 ¡Que estoy loco por ti!

Primeros escritos IX


Muerte, en esta hora te bendigo,
y recurro a tu piedad.
Tú, que ayudas a la gente,
librándolos del mal.

A esta hora te convoco,
e imploro tu piedad.
No merezco ya esta vida,
donde solo dolor vine a encontrar.

Por un amor fallido,
que en este mundo conocí.
Por eso hoy te pido:
¡Muerte, llévame contigo! 
Por favor Muerte: 
¡Apiádate de mí!

Primeros escritos VIII


Hoy clamo ante ti,
mi bella ensoñación.
Para ofrecerte
a ti, todo mi amor.

Pues en la vida,
sin ti no puedo estar.
Y en esta isla,
muero de soledad.

Este es tan solo un canto,
un canto de lucha y de dolor;
para calmar esta gran pena,
pues estoy muriéndome de amor.

Primeros escritos VII


I
Un minuto me bastó para perderte,
porque nunca te dije que quería:
Ser el ángel que acompaña tus caminos,
los caminos más hermosos de la vida.

II
Hoy sin ti, me siento yo intranquilo,
porque tú eres la razón de mi poesía.
Y recuerdo, que me juré yo un día,
me juré, que no te perdería.

III
Y no quiero dejar yo este mundo,
porque tan solo quisiera yo cuidarte.
Y esta es la razón de mi agonía,
la razón que está acabando con mi vida.

IV
Hoy quisiera yo acabar con mi existencia,
pues necesito yo curarme de esta herida.
Porque mi vida, sin ti no vale nada,
pues se ha quedado sin amor, y sin poesía.