Muerte, en esta hora te bendigo,
y recurro a tu piedad.
Tú, que ayudas a la gente,
librándolos del mal.
A esta hora te convoco,
e imploro tu piedad.
No merezco ya esta vida,
donde solo dolor vine a encontrar.
Por un amor fallido,
que en este mundo conocí.
Por eso hoy te pido:
¡Muerte, llévame contigo!
Por favor Muerte:
¡Apiádate de mí!
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