Allende los mares de lejanas tierras,
llegó en tu búsqueda un alma en pena.
Cual bestia herida se arrastró despacio,
deseando verte y cumplir su condena.
Prendado de vos,
noble hechicera,
cumplir mi ultimo deseo quisiera.
El toque dulce de tu piel de cielo,
tu rostro hermoso, tus labios de fuego.
Concededme esto, bella hechicera
y partiré gustoso a donde el mar no suena.
Al suave abrazo de la muerte eterna...
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